jueves, 28 de abril de 2011

“Salvador Segí, ¿víctima del terror blanco?


 

Si existe algún episodio en el que el asesinato de un dirigente obrero puede denominarse de dudosa autoría, ese el de el “Noi del sucre”, el coloso del anarcosindicalismo barcelonés, Salvador Segí.
Lo cierto es que como en la muerte de Buenaventura Durruti, parecen varias las autorías posibles, todas ellas ligadas a la convulsión política y al elevado grado de la agudización de la lucha de clases de aquellas dos primeras décadas del siglo XX. 
El martes 13 de Marzo de 1923 caía acribillado a balazos en la calle de la Cadena del barcelonés barrio del Raval, Salvador Seguí Rubiñals, destacado dirigente del anarcosindicalismo, cuando se encontraba en compañía de del militante libertario Francisco  Comas. Varios disparos acababan con la vida del “niño del azúcar” y herían gravemente a Comas quien fallecería días después. Salvador Seguí, conocido por ese dulce apelativo, que se debía a que comenzó su vida laboral en  una fabrica transformadora de remolacha, aunque hay otra versión de que este sobrenombre, referido a que se comía los terrones enteros en vez de disolverlos en el café, había sido uno de los discípulos aventajados de Francisco Ferrer y Guardia. Este pintor de profesión impulsor del grupo Solidaridad Obrera había recorrido, desde su humilde cuna familiar, un camino de auto elevación que le llevó a convertirse en uno de los dirigentes sindicales más importantes, gracias a la doctrina puesta en marcha por el profesor por medio de la Escuela Moderna.

Tras los sucesos en la Semana Trágica en la cual ha participado activamente en la difusión del ideal libertario por los núcleos cercanos a Barcelona, en el año 1911 es elegido por la joven organización anarcosindicalista CNT como delegado al Congreso Obrero Internacional celebrado en Marsella, a partir de ese año se convertirá en uno de los más destacados militantes del anarcosindicalismo hispano, siendo elegido para ocupar el secretariado del potente sindicato de la construcción de Barcelona en 1915, que en el verano de ese mismo año declararía una Huelga General que tras un largo y enconado conflicto  terminaría con la victoria de los trabajadores.

La amenaza permanente  a la que se ve sometida la patronal catalana por parte de este   proletariado que en Barcelona ha puesto en jaque al Estado y ha combatido después de la Semana Trágica, desde el antagonismo de clase y mediante la Huelga General asusta demasiado, ya no sólo a la burguesía de la ciudad sino que desde hace demasiado tiempo se ha convertido en la principal preocupación de los gobiernos de la restauración, tanto progresistas como conservadores, que no han sido capaces de dar una solución a la cuestión social. El socorrido elemento de la concertación y el pacto, que ha procurado al Estado determinados períodos de paz social y cuyos valedores integrados dentro del PSOE y su central sindical, han decaído en favor de un sindicalismo organizado que plantea la consecución de sus intereses inmediatos desde la acción directa.

Desde los partidos políticos de la Burguesía barcelonesa se están haciendo gestiones permanentes, para detener la conflictividad laboral y mantener intacta la extracción de la plusvalía y la tasa de ganancia. La Lliga Regionalista representante político de la patronal catalana, pide encarecidamente al gobierno que ponga fin a la situación. Pero en aquel momento el Primer Ministro, el Conde de Romanones, esta demasiado ocupado en salvar su cabeza a causa de los escándalos políticos y los conflictos diplomáticos con Francia o el Impero Alemán en los que está inmerso el Estado español.
Este es el momento en que la patronal se ocupará, ella misma de arreglar la situación. Los patronos ya no se conforman con mandar al paro a los obreros más combativos, ahora pretenden cortar de raíz el problema que impide el normal desarrollo de sus acciones expropiadoras.
Desde las oficinas de la LLiga y de la Confederación de Industriales de Barcelona, se impulsa la Creación del Sindicato Libre, cuya denominación oficial es Unió de Sindicates LLiures que en principio sólo agrupaba a los trabajadores del comercio.El principal objetivo de la fundación del libre es aplacar la implantación del sindicalismo revolucionario sustituyéndolo por uno de tipo corporativo.
Esta organización creada por la patronal, se verá infiltrada desde el principio por elementos ligados al carlismo catalán, que se agrupan en el llamado “Ateneo Obrero Legitimista”. Bajo este nombre se agrupan los  partidarios del infante Jaime de Borbón, “los jaimistas”, partidarios de la tradición más rancia y por tanto enemigos declarados de las ideas revolucionarias marxistas y libertarias. Serán ellos en conjunción con la financiación  patronal los que comenzarán a sembrar el terror en los barrios obreros de Barcelona al principio, y que no tardará en trasladarse al otro bastión del anarcosindicalismo, la ciudad de Zaragoza.
Dentro del Movimiento Obrero la situación, a pesar del comienzo del pistolerismo, no es de temor. El proletariado español está sufriendo las consecuencias de la Gran Guerra, en la cual los capitalistas han multiplicado sus ganancias mientras los obreros han visto cómo sus condiciones de vida han empeorado de forma ostensible. En este intervalo de tiempo la afiliación a los dos sindicatos ha crecido, aunque es manifiestamente mayor el número de obreros encuadrados en la anarcosindical.  
El momento de debilidad en que se encuentra ahora la UGT, hace reflexionar a sus principales dirigentes, que celebran  en Madrid el XII Congreso en un clima de tensión en la primavera de 1916. A principios de ese mismo año dos de los máximos dirigentes del anarcosindicalismo español cómo Pestaña y Seguí se han reunido con Besteiro y Largo Caballero a espaldas de sus respectivas organizaciones. Del XII congreso de la sindical socialista saldría un pacto para la unidad de acción con la CNT que sería recibido con entusiasmo general por sus bases.
La materialización del pacto se llevaría a cabo, para combatir la carestía y el paro, que en unidad con las fuerzas antiborbónicas se enfrentarán al gobierno de Maura.
La combatividad del movimiento obrero ha demostrado el potencial revolucionario de los trabajadores que a partir de la Huelga General Revolucionaria de 1917 mostrará a que lo ocurrido en Rusia en Noviembre, puede pasar en Españam, que se enfrenta a cinco años de enorme conflictividad laboral encabezada por movimientos que practican la lucha armada y la acción directa frente a los poderes fácticos que sustentan el sistema.
La pasión proletaria que recoge el viento soviético del Octubre Rojo, pone en pie de guerra a una burguesía que desde 1915 ha gastado una gran suma de dinero en armas y en pagar a matones profesionales para eliminar a los obreros mas combativos por medio de la imposición del terror que imponían los pistoleros del Sindicato Libre y que había asesinado a multitud de obreros revolucionarios y a dirigentes sindicales para conseguir una paz social que jamás logró asentarse hasta el pronunciamiento del General Miguel Primo de Rivera.

Lo cierto es que la CNT en aquellos momentos vive un momento convulso en el plano interno tras lo ocurrido en el Octubre Rojo de 1917. Los llamados Terceristas han conseguido de forma parcial la integración de la central española en la nueva “PROFINTERN” cuyo máximo dirigente es el ex-militante cenetista Andréu Nin.
Pero mientras las direcciones de los sindicatos discuten, el Movimiento Obrero continua con su  enfrentamiento al capital. En Febrero de 1919 estalla la Huelga en la fábrica  barcelonesa de electricidad “La Canadiense”. El conflicto comienza por el despido de cinco trabajadores que se habían destacado por la defensa de lo derechos de los obreros y que la nueva gerencia de la empresa decidió despedir, la intervención de la CNT será crucial para que el sindicato sectorial de la electricidad paré completamente, desatándose después paros generales en solidaridad con los obreros de las compañías eléctricas. La Huelga se prolongará durante 44 días paralizando el 70% de la industria catalana, quedando la ciudad sin electricidad durante largas horas. La huelga se saldaría con la victoria obrera, pero tras el final de la Huelga aun quedan obreros encarcelados, lo que hace que el movimiento huelguístico comience de nuevo, convirtiéndose en un punto de inflexión, que acabaría con la toma militar por parte del ejército de las fábricas primero, y el 23 de Marzo de la ciudad de Barcelona al mando del nuevo gobernador de la ciudad de Barcelona, el sanguinario Martínez Anido, que aplicaría la tristemente famosa “Ley de Fugas” que se cobraría la vida del cenetista Miguel Ramos el 31 de Marzo de 1919.
En Diciembre de ese mismo año se celebra en el Teatro de la Comedia de Madrid el II Congreso confederal y en el que se dan cita 427 delegados que representan a los 714.028 obreros afiliados. La dicotomía que será una constante dentro del Movimiento Libertario español, entre insurrecionalistas y sindicalistas tendrá su primer embate en este proceso congresual. Pero no será éste sólo uno de los temas candentes, la unidad de acción con la UGT defendida por la Regional Norte, sobre todo por los delegados asturianos o la integración dentro de la nueva estructura internacional que promueve la KOMINTERN afilarán los puñales dialécticos durante los tres días de duración del Congreso.
Las posiciones defendidas por Pestaña respecto a la integración del sindicato dentro de la Internacional Sindical Roja o la de Salvador Seguí que se declara partidario de la unidad de acción junto con la UGT como paso previo para la absorción de la masa proletaria que aun queda dentro de la central socialista son consideradas como una ofensa para los más firmes partidarios del anarquismo insurreccional. La postura del Frente Único sindical es rechazado por el pleno del congreso de la anarcosindical y le costará a Seguí el enfrentamiento con una parte importante de los partidarios de la acracia mas recalcitrante que le acusarán de intentar de desviar a la organización del comunismo libertario.

El movimiento obrero en general, y la CNT en particular, se han convertido en una razón de Estado, la Federación patronal  y el gobierno del Conde de Romanones necesitan un período de paz social para que el capital acumulado durante los años de la Gran Guerra y que ha llenado los bolsillos de los capitalistas, pase a ser circulante. Pero al Capital ya no le vale el sindicalismo pactista que practicaban los socialistas, ahora se enfrentan a un sindicato que combate a todos los resortes del Estado burgués con todos los medios a su alcance, comenzará pues la época más aciaga para el movimiento anarcosindicalismo, ahogado por el terror blanco impuesto por los pistoleros a sueldo de la patronal y la represión estatal que tiene a multitud de obreros encarcelados y  a otros muertos tras habérseles ha aplicado la Ley de Fugas. El 17 de Julio de 1919 cae muerto, el obrero Pau Sabater, destacado sindicalista de la industria textil barcelonesa, asesinado por un pelotón de pistoleros patronales.
Un año más tarde caería muerto a las puertas de su domicilio el abogado Francesc Layret, que se dirigía a interesarse por los detenidos tras la orden dictada por el  Gobernador Martínez Anido contra los dirigentes de Lésquerra y la CNT, entre los que estaban LLuis Companys y Salvador Seguí.
La represión y los asesinatos, habían desbordado al movimiento obrero que pretendería devolver en palabras de Juan García Oliver, “golpe por golpe”, los asesinatos que a manos de la patronal y el gobierno había sufrido.

Los militantes anarquistas se organizarían en los llamados “grupos de acción” como “el Crisol”, capitaneado por Domingo Ascaso y Torres Escartín o “Los Solidarios”, en el que estaban García Oliver y Buenaventura Durruti y que sería el embrión de la Federación Anarquista Ibérica fundada en 1927. La década de los 20 se abre con ajusticiamientos como la del Cardenal Arzobispo de Zaragoza Juan de Soldevila Crespo, y acciones armadas contra los pilares del Estado.
La muerte del Arzobispo haría que la represión y los asesinatos patronales aumentasen de forma exponencial, proponiéndose el gobierno y la patronal por medio de sus esbirros del Sindicato Libre, descabezar al movimiento Obrero. En 1921 se dicta una orden de detención contra Evelio Boal, que en aquel momento ocupa la secretaría del Comité Nacional de la anarcosindical. Boal, ocupa la máxima responsabilidad, tras sustituir a Manuel Buenacasa en el II Congreso y forma con Salvador Seguí, el tandem que se ha desplazado a Madrid para rehacer la alianza con la UGT, si el caso de la autoría del asesinato de Seguí es incierto, no lo es menos el de Evelio Boal, que tras declarase su libertad es asesinado a la puerta de la cárcel modelo de Barcelona.
Es en aquel momento tras el asesinato de Boal cuando Seguí pasa a ser el máximo dirigente de la CNT, cuestión que molesta y mucho a los “Grupos de Acción”, que ven como las masas obreras encuadradas en la confederación podrían ser víctimas de la intoxicación marxista.
En aquel momento en que ya se ha formado la Unión Soviética y el trabajo internacional del Movimiento Comunista es incansable por atraer a los sindicatos hacia la nueva estructura sindical roja que acaba de celebrar en Moscú su I Congreso, al igual que ocurre con los jóvenes grupos comunistas, que en otras localidades de España, como Asturias y Bizkaia han partido la estructura de la UGT y están debilitando la hegemonía cenetista.
Lo cierto es que la posición política de Seguí debilitaba a los partidarios del anarquismo insurreccional y que la táctica de los comunistas en España es lograr que la central sindical se integre en la Internacional Sindical Roja. Dridzdo Losovsky, secretario adjunto de ésta, cursa una invitación  a Seguí para visitar la URSS y reunirse con el secretariado de la PROFINTERN, del que forma parte Andreu Nin, que ha remitido otra misiva con afectuosos saludos y en la cual le mostraba la ilusión que le hacía encontrarse con su antiguo compañero en el país de los soviets.

Andreu Nin, es en aquellos tiempos, una de las personalidades políticas del movimiento obrero más odiadas por el sector duro de la CNT, que lo ve cómo un traidor pasado a las filas de ese comunismo autoritario que esta divorciado de las ideas libertarias que representa la central anarcosindicalista. No se puede permitir por tanto, que ésta caía en las garras de Lenin, al que sus correligionarios rusos y ucranianos han intentado asesinar en varias ocasiones.
Lo cierto es que Salvador Seguí, no podría visitar el país de los soviets, dado que cuatro días después caería asesinado en la Calle de la Cadena. El “Noi del Sucre” murió victima, quien sabe, si de las balas patronales que pretendían descabezar una organización que nunca se guió por liderazgos carismáticos, cuyo funcionamiento era horizontal y asambleario y que había paralizado el proceso de acumulación con su práctica de la acción directa y en cuyo interior había un desafío constante al estado de las cosas.
Pues la duda de la autoría esta ahí, lo cierto es que uno de los dirigentes obreros más importantes encontró la muerte, pero es y seguirá siendo uno de los más importantes ejemplos de que desde la más humilde cuna proletaria se puede llegar  a convertirse en un referente para sus iguales. El informe de hoy no pretende sembrar dudas, sobre la autoría del asesinato de Seguí, sino que es una excusa para recuperar la memoria del Movimiento Obrero combatiente previo a este 1 de Mayo de 2011, para demostrar que los derechos sólo se consiguen combatiendo al capital con todos los medios, todos, a nuestro alcance. En memoria del proletariado, que es decir Salvador Seguí. ¡¡Viva la lucha de la clase obrera, Viva el 1 de Mayo!!
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BIBLIOGRAFÍA:
Abel Paz “Durruti en la Revolución Española”-La esfera de los libros 2004
Eduardo Comín Colomer “Historia del Partido Comunista de España”
Eduardo de Guzmám “Los cinco congresos históricos de la CNT” Revista Tiempo de Historia -1-12-1979     


lunes, 18 de abril de 2011

Informe Sirval. "El Asesinato de Luis de Sirval"

Desde nuestra Onda Roja emitimos un espacio dedicado a investigar y a poner negro sobre blanco los crímenes cometidos contra el proletariado español.


La denominación del espacio toma su nombre del pseudónimo utilizado por el periodista valenciano Luis Higón Rosell, asesinado de forma alevosa en una comisaría de Oviedo cuando investigaba para el diario “La Libertad” los asesinatos cometidos por el ejército español contra el movimiento revolucionario asturiano.


En memoria de Luis de Sirval comienza esta serie de episodios en los que se pone de manifiesto la cobardía de los perros de la burguesía y el heroísmo de nuestra clase obrera.
Y que mejor homenaje que continuar con la labor periodística que inició Luis de Sirval, por eso hoy contaremos este negro episodio, uno de los tantos en que los poderosos se bañaron con la sangre de los trabajadores.




Madrid, 5 de Octubre de 1934, la Alianza Obrera de Asturias ha declarado la Huelga General Revolucionaria. Las redacciones de los diarios de toda España abren sus ediciones con noticias del movimiento revolucionario en Asturias.

La mayoría de las publicaciones de la prensa obrera llevan tiempo suspendidas entre ellas las pertenecientes al PCE, como Mundo Obrero o La Tierra, pero no sólo ellas las socialistas Claridad o El Socialista o las libertarias como Tierra y Libertad, incluso los periódicos republicanos mas moderados están suspendidos, solo los periódicos de la reacción pueden sacar durante los días de la revolución sus ejemplares a la calle.
El proletariado asturiano al grito de UHP, se alzaba contra el Gobierno de la República proclamando el inicio de la Comuna. A la mañana siguiente de la declaración de la Huelga General los comités revolucionarios han construido el nuevo poder en la mayoría de los conceyos de las cuencas mineras, han detenido a las autoridades y han asaltado los cuarteles de la Guardia Civil. El Consejo Revolucionario de Asturias que representa a los tres principales grupos que forman la alianza obrera; socialistas, anarcosindicalistas y comunistas y  a cuya cabeza esta el dirigente ugetista del sindicalismo asturiano Ramón González Peña, decide el avance hacia la capital de la región.
Las fábricas de armas, como las de Trubia, Mieres, o La Vega, caen en manos de los mineros, abasteciendo, aunque de forma insuficiente, a las columnas que marchan a Oviedo y a los comités revolucionarios que mantendrán la comuna durante casi dos semanas.
En Madrid, el ministro de la Guerra, el Radical Diego Hidalgo, coloca al frente al frente de la represión del movimiento insurreccional al General López Ochoa, al comandante de la Guardia Civil Lisardo Doval, apodado el carnicero de Asturias que tendría que exiliarse tras demostrarse que bajo su responsabilidad se practicaron miles de torturas y asesinatos sobre la población de Asturias.
Hidalgo a pesar de tomar la decisión de colocar a López Ochoa al frente de la represión, más influido por su jefe de Partido, Alejandro Lerroux, que por convicción propia y que hace desconfiar al ministro, dado su conocida pertenencia a la masonería, se entrevista con los generales Franco y Goded, quienes le recomiendan que envíe a los cuerpos coloniales. Al día siguiente son movilizados los regulares  y el Tercio al mando del Teniente Coronel Yagüe.
Mientras, tres columnas de milicianos rojos, una proveniente de Trubia, otra de Mieres y otra de La Felguera y Sama de LLangreu atacan Oviedo.
El contingente militar cuenta con 18000 efectivos al mando de Lopez Ochoa, que avanza hacia Oviedo desde Galicia, tras conquistar Grado y Pravia, a ésta hay que sumar la columna que desde el Este manada Solchaga a la que desde el Sur manda Bosch-Balmes y el ataque desde el Norte gracias al  desembarco de las cabilas mercenarias que el día 9 ocupan los puertos de Candás, Avilés y Gijón, cuyas poblaciones quedan controladas al día siguiente siendo pasados por las armas los insurrectos. En la noche de ese mismo día son bombardeadas por la aviación gubernamental poblaciones centrales de la cuenca minera del Nalón como Mieres.
En la capital asturiana los revolucionarios han conquistado la mayoría de edificios importantes, como el cuartel de Carabineros, la comandancia de la Guardia Civil, a falta de conquistar el edificio gubernamental defendido por el Cuerpo de Asalto, vuelan la catedral de la vetusta ciudad, la Biblioteca de la Universidad o el Banco Asturiano símbolos del viejo y anquilosado poder burgués.
Pero desafortunadamente a los ocho mil revolucionarios a los que les sobra entrega a la causa, solamente cuentan con los pocos pertrechos traídos de las fábricas de Trubia o Mieres, la abundante dinamita que poseen no será suficiente para hacer frente a las tropas gubernamentales que han defendido algunos edificios en la capital asturiana.
Mientras en Oviedo los combates prosiguen, en el interior el avance de las tropas africanas va tiñendo de sangre proletaria el verde suelo de Asturias.
Sería durante los estertores de la revolución cuando encontró la muerte Luis de Sirval, mientras era testigo de la defensa de las últimas plazas que controladas por el comité revolucionario como la Iglesia de San Pedro de Los Arcos de Oviedo. Una de las últimas informaciones de las que sería testigo  Luis de Sirval iba a ser el asesinato, de nuestra Rosa Roja, Aída de la Fuente.
Es más que probable que el ser testigo de aquel crimen fuese lo que le costase la vida. Sus últimas notas tomadas a lápiz en una cuartilla decían lo siguiente: ''Daída Peña (probablemente por el segundo apellido de Aida: Penaos), 16 años, la fusiló el Teniente Dimitri Ivan Ivanov.
Iglesia de San Pedro.
Fusilaron 7 en seguida.'
El Asesinato de Aída de la Fuente y de los seis milicianos, presenciado por el joven periodista, parece a todas luces el motivo de la vendetta. Desconocemos, dado que no hay ninguna fuente que así lo diga, cual fue el motivo de su detención. La única información disponible, es el informe que el diputado leonés, Félix Gordón Ordás, miembro en aquel momento del todavía existente Partido radical Socialista que lideraba Marcelino Domingo, y en el cual decía lo siguiente: El día 27 de octubre, a las cuatro de la tarde, entraron en tropel en los calabozos de la Comisaría de Investigación y Vigilancia de Oviedo tres oficiales del Tercio diciendo que buscaban a un individuo. Llegaron en sus pesquisas a un calabozo oscuro y sin cama, que daba al pasillo; allí estaba Sirval. Uno de los oficiales, el mismo que después le mató, dijo: “Tú ¿quién eres?” Y él contestó: “Soy un periodista.” El oficial replicó: “¿Tú periodista? Tú eres un asesino y ya no vas a matar a nadie más.”, Sirval exclamó emocionado: “Me confunden, me confunden; yo soy inocente.” No hubo ninguna respuesta. Entre los tres sacaron a Sirval al patio a empellones y sin mediar otras palabras se dispararon allí sobre Sirval hasta siete u ocho tiros, y tras un intervalo de segundos, un tiro más. ¿El de gracia?

Después de matarlo, y no antes, el mismo oficial que asesinó a este ilustre periodista destrozó a machetazos un maletín de cuero que Sirval llevaba consigo, y de él sacó un libro y unos papeles, diciendo: “Aquí, aquí está la relación de las personas a quienes éste iba a matar.” Una vez realizada la hazaña se iban los tres oficiales del Tercio; pero uno de los policías de guardia, al parecer un cabo, les dijo que a él se le había entregado un preso y allí quedaba un cadáver, y que él no se hacía responsable. No sé lo que pasaría después; probablemente le dejarían hecho algún informe.

Al día siguiente, al mediodía, se llevaron el cadáver, que antes había sido visitado por varias personas. Estuvo muerto Sirval en el patio y tapado con unas tablas su cadáver durante veinte horas. Desde algunas casas próximas se vio lo ocurrido y de ellas salieron gritos de horror. Antes de asesinarlo se había registrado su habitación en la casa en que estaba hospedado. ¿Cuál fue el motivo de este asesinato? Hay cinco testigos, los nombres de los cuales obran en mi poder.”
Aquel oficial del Tercio que descerrajó aquellos seis tiros sobre Luis de Sirval, era Dimitri Ivan Ivanov, el mismo que había asesinado vilmente a la revolucionaria asturiana Aída de la Fuente y que mandaba el pelotón encargado de fusilar a los otros seis mozos comunistas que defendían junto a la Rosa Roja, Aída de la Fuente  la posición de San Pedro de los Arcos.
El asesinato de Luis de Sirval, se producía según los datos que disponemos en la tarde del 14 de Octubre, cuando fueron aplastados los últimos de la resistencia obrera en la capital asturiana   
Tras la conquista de Oviedo por el cuerpo de infantería al mando de General López Ochoa la revolución queda dañada seriamente desapareciendo los focos rebeldes de las zonas urbanas quedando relegada a los pequeños pueblos de las cuencas mineras del Nalón y del Caudal.
Tras los últimos combates la capitulación es pactada entre el socialista Belarmino Tomás, representante del Consejo y el General López Ochoa la noche del día 15 de Octubre.
                                               
La contundencia criminal del gobierno radical-cedista conmueve a la opinión pública dentro y fuera de España, las instantáneas aparecidas en los distintos periódicos hacen que el presidente del consejo de ministros, Alejandro Lerroux, se vea obligado a abrir una comisión parlamentaria que investigue lo ocurrido en Asturias, en la que estarán presentes importantes juristas progresistas como Clara Campoamor o el Socialista Fernando de Los Ríos. Mientras, en los círculos obreros de toda España se clama venganza contra los canallas que asesinado vilmente a casi 3000 obreros y han encarcelado y torturado a casi 5000.
El periodista anarquista Eduardo de Guzmán, que en aquel momento es compañero de Luis de Sirval en la redacción de la Libertad, escribía esto en una crónica fechada el día 17 y que no vería la luz hasta unos meses después, tras restablecerse las garantías constitucionales, “El aspecto que ofrece Oviedo es el de un territorio colonial, en el cual los moros y los legionarios ríen y hacen bromas, junto a los cadáveres obreros que muestran la poca vergüenza de este Gobierno, que ha machacado polaca y moralmente lo que supuso para el pueblo español el 14 de Abril de 1931”
MUSICA-
El cuerpo de Luis de Sirval, no pudo ser recuperado por su familia hasta un tiempo después, gracias a la intervención del diputado Ortega y Gasset al  que el padre del `periodista había escrito una carta implorando su ayuda para poder dar sepultura.
La investigación judicial inculpó a Dimitri I Ivanov y a otros dos oficiales del Tercio del asesinato de Sirval, el día 6 de Agosto de 1935 en la Audiencia provincial de Oviedo, comienza la vista, que terminaría con un Consejo de Guerra para los tres acusados siendo condenado el mercenario búlgaro por homicidio y los otros dos absueltos de él. Al parecer el asesino de Luis de Sirval fue liberado de la cárcel de Salamanca al comenzar el levantamiento y que murió en Marruecos en el año 1956, aunque no podemos certificarlo.
Pero lo cierto es que el nombre de Luis de Sirval, fue y será un símbolo de nuestra historia, dando nombre a células del Socorro Rojo, a cuadros del Teatro Popular Proletario de la misma organización y a ser citado durante todo el proceso de la revolución española y de la resistencia del pueblo ante el fascismo, a casi 77 años de lo ocurrido este nombre resplandece en la Historia de la memoria antifascista de nuestro pueblo, ¡Luis de Sirval, siempre entre nosotros!