Si existe algún episodio en el que el asesinato de un dirigente obrero puede denominarse de dudosa autoría, ese el de el “Noi del sucre”, el coloso del anarcosindicalismo barcelonés, Salvador Segí.
Lo cierto es que como en la muerte de Buenaventura Durruti, parecen varias las autorías posibles, todas ellas ligadas a la convulsión política y al elevado grado de la agudización de la lucha de clases de aquellas dos primeras décadas del siglo XX.
El martes 13 de Marzo de 1923 caía acribillado a balazos en la calle de la Cadena del barcelonés barrio del Raval, Salvador Seguí Rubiñals, destacado dirigente del anarcosindicalismo, cuando se encontraba en compañía de del militante libertario Francisco Comas. Varios disparos acababan con la vida del “niño del azúcar” y herían gravemente a Comas quien fallecería días después. Salvador Seguí, conocido por ese dulce apelativo, que se debía a que comenzó su vida laboral en una fabrica transformadora de remolacha, aunque hay otra versión de que este sobrenombre, referido a que se comía los terrones enteros en vez de disolverlos en el café, había sido uno de los discípulos aventajados de Francisco Ferrer y Guardia. Este pintor de profesión impulsor del grupo Solidaridad Obrera había recorrido, desde su humilde cuna familiar, un camino de auto elevación que le llevó a convertirse en uno de los dirigentes sindicales más importantes, gracias a la doctrina puesta en marcha por el profesor por medio de la Escuela Moderna.
Tras los sucesos en la Semana Trágica en la cual ha participado activamente en la difusión del ideal libertario por los núcleos cercanos a Barcelona, en el año 1911 es elegido por la joven organización anarcosindicalista CNT como delegado al Congreso Obrero Internacional celebrado en Marsella, a partir de ese año se convertirá en uno de los más destacados militantes del anarcosindicalismo hispano, siendo elegido para ocupar el secretariado del potente sindicato de la construcción de Barcelona en 1915, que en el verano de ese mismo año declararía una Huelga General que tras un largo y enconado conflicto terminaría con la victoria de los trabajadores.
La amenaza permanente a la que se ve sometida la patronal catalana por parte de este proletariado que en Barcelona ha puesto en jaque al Estado y ha combatido después de la Semana Trágica, desde el antagonismo de clase y mediante la Huelga General asusta demasiado, ya no sólo a la burguesía de la ciudad sino que desde hace demasiado tiempo se ha convertido en la principal preocupación de los gobiernos de la restauración, tanto progresistas como conservadores, que no han sido capaces de dar una solución a la cuestión social. El socorrido elemento de la concertación y el pacto, que ha procurado al Estado determinados períodos de paz social y cuyos valedores integrados dentro del PSOE y su central sindical, han decaído en favor de un sindicalismo organizado que plantea la consecución de sus intereses inmediatos desde la acción directa.
Desde los partidos políticos de la Burguesía barcelonesa se están haciendo gestiones permanentes, para detener la conflictividad laboral y mantener intacta la extracción de la plusvalía y la tasa de ganancia. La Lliga Regionalista representante político de la patronal catalana, pide encarecidamente al gobierno que ponga fin a la situación. Pero en aquel momento el Primer Ministro, el Conde de Romanones, esta demasiado ocupado en salvar su cabeza a causa de los escándalos políticos y los conflictos diplomáticos con Francia o el Impero Alemán en los que está inmerso el Estado español.
Este es el momento en que la patronal se ocupará, ella misma de arreglar la situación. Los patronos ya no se conforman con mandar al paro a los obreros más combativos, ahora pretenden cortar de raíz el problema que impide el normal desarrollo de sus acciones expropiadoras.
Desde las oficinas de la LLiga y de la Confederación de Industriales de Barcelona, se impulsa la Creación del Sindicato Libre, cuya denominación oficial es Unió de Sindicates LLiures que en principio sólo agrupaba a los trabajadores del comercio.El principal objetivo de la fundación del libre es aplacar la implantación del sindicalismo revolucionario sustituyéndolo por uno de tipo corporativo.
Esta organización creada por la patronal, se verá infiltrada desde el principio por elementos ligados al carlismo catalán, que se agrupan en el llamado “Ateneo Obrero Legitimista”. Bajo este nombre se agrupan los partidarios del infante Jaime de Borbón, “los jaimistas”, partidarios de la tradición más rancia y por tanto enemigos declarados de las ideas revolucionarias marxistas y libertarias. Serán ellos en conjunción con la financiación patronal los que comenzarán a sembrar el terror en los barrios obreros de Barcelona al principio, y que no tardará en trasladarse al otro bastión del anarcosindicalismo, la ciudad de Zaragoza.
Dentro del Movimiento Obrero la situación, a pesar del comienzo del pistolerismo, no es de temor. El proletariado español está sufriendo las consecuencias de la Gran Guerra, en la cual los capitalistas han multiplicado sus ganancias mientras los obreros han visto cómo sus condiciones de vida han empeorado de forma ostensible. En este intervalo de tiempo la afiliación a los dos sindicatos ha crecido, aunque es manifiestamente mayor el número de obreros encuadrados en la anarcosindical.
El momento de debilidad en que se encuentra ahora la UGT, hace reflexionar a sus principales dirigentes, que celebran en Madrid el XII Congreso en un clima de tensión en la primavera de 1916. A principios de ese mismo año dos de los máximos dirigentes del anarcosindicalismo español cómo Pestaña y Seguí se han reunido con Besteiro y Largo Caballero a espaldas de sus respectivas organizaciones. Del XII congreso de la sindical socialista saldría un pacto para la unidad de acción con la CNT que sería recibido con entusiasmo general por sus bases.
La materialización del pacto se llevaría a cabo, para combatir la carestía y el paro, que en unidad con las fuerzas antiborbónicas se enfrentarán al gobierno de Maura.
La combatividad del movimiento obrero ha demostrado el potencial revolucionario de los trabajadores que a partir de la Huelga General Revolucionaria de 1917 mostrará a que lo ocurrido en Rusia en Noviembre, puede pasar en Españam, que se enfrenta a cinco años de enorme conflictividad laboral encabezada por movimientos que practican la lucha armada y la acción directa frente a los poderes fácticos que sustentan el sistema.
La pasión proletaria que recoge el viento soviético del Octubre Rojo, pone en pie de guerra a una burguesía que desde 1915 ha gastado una gran suma de dinero en armas y en pagar a matones profesionales para eliminar a los obreros mas combativos por medio de la imposición del terror que imponían los pistoleros del Sindicato Libre y que había asesinado a multitud de obreros revolucionarios y a dirigentes sindicales para conseguir una paz social que jamás logró asentarse hasta el pronunciamiento del General Miguel Primo de Rivera.
Lo cierto es que la CNT en aquellos momentos vive un momento convulso en el plano interno tras lo ocurrido en el Octubre Rojo de 1917. Los llamados Terceristas han conseguido de forma parcial la integración de la central española en la nueva “PROFINTERN” cuyo máximo dirigente es el ex-militante cenetista Andréu Nin.
Pero mientras las direcciones de los sindicatos discuten, el Movimiento Obrero continua con su enfrentamiento al capital. En Febrero de 1919 estalla la Huelga en la fábrica barcelonesa de electricidad “La Canadiense”. El conflicto comienza por el despido de cinco trabajadores que se habían destacado por la defensa de lo derechos de los obreros y que la nueva gerencia de la empresa decidió despedir, la intervención de la CNT será crucial para que el sindicato sectorial de la electricidad paré completamente, desatándose después paros generales en solidaridad con los obreros de las compañías eléctricas. La Huelga se prolongará durante 44 días paralizando el 70% de la industria catalana, quedando la ciudad sin electricidad durante largas horas. La huelga se saldaría con la victoria obrera, pero tras el final de la Huelga aun quedan obreros encarcelados, lo que hace que el movimiento huelguístico comience de nuevo, convirtiéndose en un punto de inflexión, que acabaría con la toma militar por parte del ejército de las fábricas primero, y el 23 de Marzo de la ciudad de Barcelona al mando del nuevo gobernador de la ciudad de Barcelona, el sanguinario Martínez Anido, que aplicaría la tristemente famosa “Ley de Fugas” que se cobraría la vida del cenetista Miguel Ramos el 31 de Marzo de 1919.
En Diciembre de ese mismo año se celebra en el Teatro de la Comedia de Madrid el II Congreso confederal y en el que se dan cita 427 delegados que representan a los 714.028 obreros afiliados. La dicotomía que será una constante dentro del Movimiento Libertario español, entre insurrecionalistas y sindicalistas tendrá su primer embate en este proceso congresual. Pero no será éste sólo uno de los temas candentes, la unidad de acción con la UGT defendida por la Regional Norte, sobre todo por los delegados asturianos o la integración dentro de la nueva estructura internacional que promueve la KOMINTERN afilarán los puñales dialécticos durante los tres días de duración del Congreso.
Las posiciones defendidas por Pestaña respecto a la integración del sindicato dentro de la Internacional Sindical Roja o la de Salvador Seguí que se declara partidario de la unidad de acción junto con la UGT como paso previo para la absorción de la masa proletaria que aun queda dentro de la central socialista son consideradas como una ofensa para los más firmes partidarios del anarquismo insurreccional. La postura del Frente Único sindical es rechazado por el pleno del congreso de la anarcosindical y le costará a Seguí el enfrentamiento con una parte importante de los partidarios de la acracia mas recalcitrante que le acusarán de intentar de desviar a la organización del comunismo libertario.
El movimiento obrero en general, y la CNT en particular, se han convertido en una razón de Estado, la Federación patronal y el gobierno del Conde de Romanones necesitan un período de paz social para que el capital acumulado durante los años de la Gran Guerra y que ha llenado los bolsillos de los capitalistas, pase a ser circulante. Pero al Capital ya no le vale el sindicalismo pactista que practicaban los socialistas, ahora se enfrentan a un sindicato que combate a todos los resortes del Estado burgués con todos los medios a su alcance, comenzará pues la época más aciaga para el movimiento anarcosindicalismo, ahogado por el terror blanco impuesto por los pistoleros a sueldo de la patronal y la represión estatal que tiene a multitud de obreros encarcelados y a otros muertos tras habérseles ha aplicado la Ley de Fugas. El 17 de Julio de 1919 cae muerto, el obrero Pau Sabater, destacado sindicalista de la industria textil barcelonesa, asesinado por un pelotón de pistoleros patronales.
Un año más tarde caería muerto a las puertas de su domicilio el abogado Francesc Layret, que se dirigía a interesarse por los detenidos tras la orden dictada por el Gobernador Martínez Anido contra los dirigentes de Lésquerra y la CNT, entre los que estaban LLuis Companys y Salvador Seguí.
La represión y los asesinatos, habían desbordado al movimiento obrero que pretendería devolver en palabras de Juan García Oliver, “golpe por golpe”, los asesinatos que a manos de la patronal y el gobierno había sufrido.
Los militantes anarquistas se organizarían en los llamados “grupos de acción” como “el Crisol”, capitaneado por Domingo Ascaso y Torres Escartín o “Los Solidarios”, en el que estaban García Oliver y Buenaventura Durruti y que sería el embrión de la Federación Anarquista Ibérica fundada en 1927. La década de los 20 se abre con ajusticiamientos como la del Cardenal Arzobispo de Zaragoza Juan de Soldevila Crespo, y acciones armadas contra los pilares del Estado.
La muerte del Arzobispo haría que la represión y los asesinatos patronales aumentasen de forma exponencial, proponiéndose el gobierno y la patronal por medio de sus esbirros del Sindicato Libre, descabezar al movimiento Obrero. En 1921 se dicta una orden de detención contra Evelio Boal, que en aquel momento ocupa la secretaría del Comité Nacional de la anarcosindical. Boal, ocupa la máxima responsabilidad, tras sustituir a Manuel Buenacasa en el II Congreso y forma con Salvador Seguí, el tandem que se ha desplazado a Madrid para rehacer la alianza con la UGT, si el caso de la autoría del asesinato de Seguí es incierto, no lo es menos el de Evelio Boal, que tras declarase su libertad es asesinado a la puerta de la cárcel modelo de Barcelona.
Es en aquel momento tras el asesinato de Boal cuando Seguí pasa a ser el máximo dirigente de la CNT, cuestión que molesta y mucho a los “Grupos de Acción”, que ven como las masas obreras encuadradas en la confederación podrían ser víctimas de la intoxicación marxista.
En aquel momento en que ya se ha formado la Unión Soviética y el trabajo internacional del Movimiento Comunista es incansable por atraer a los sindicatos hacia la nueva estructura sindical roja que acaba de celebrar en Moscú su I Congreso, al igual que ocurre con los jóvenes grupos comunistas, que en otras localidades de España, como Asturias y Bizkaia han partido la estructura de la UGT y están debilitando la hegemonía cenetista.
Lo cierto es que la posición política de Seguí debilitaba a los partidarios del anarquismo insurreccional y que la táctica de los comunistas en España es lograr que la central sindical se integre en la Internacional Sindical Roja. Dridzdo Losovsky, secretario adjunto de ésta, cursa una invitación a Seguí para visitar la URSS y reunirse con el secretariado de la PROFINTERN, del que forma parte Andreu Nin, que ha remitido otra misiva con afectuosos saludos y en la cual le mostraba la ilusión que le hacía encontrarse con su antiguo compañero en el país de los soviets.
Andreu Nin, es en aquellos tiempos, una de las personalidades políticas del movimiento obrero más odiadas por el sector duro de la CNT, que lo ve cómo un traidor pasado a las filas de ese comunismo autoritario que esta divorciado de las ideas libertarias que representa la central anarcosindicalista. No se puede permitir por tanto, que ésta caía en las garras de Lenin, al que sus correligionarios rusos y ucranianos han intentado asesinar en varias ocasiones.
Lo cierto es que Salvador Seguí, no podría visitar el país de los soviets, dado que cuatro días después caería asesinado en la Calle de la Cadena. El “Noi del Sucre” murió victima, quien sabe, si de las balas patronales que pretendían descabezar una organización que nunca se guió por liderazgos carismáticos, cuyo funcionamiento era horizontal y asambleario y que había paralizado el proceso de acumulación con su práctica de la acción directa y en cuyo interior había un desafío constante al estado de las cosas.
Pues la duda de la autoría esta ahí, lo cierto es que uno de los dirigentes obreros más importantes encontró la muerte, pero es y seguirá siendo uno de los más importantes ejemplos de que desde la más humilde cuna proletaria se puede llegar a convertirse en un referente para sus iguales. El informe de hoy no pretende sembrar dudas, sobre la autoría del asesinato de Seguí, sino que es una excusa para recuperar la memoria del Movimiento Obrero combatiente previo a este 1 de Mayo de 2011, para demostrar que los derechos sólo se consiguen combatiendo al capital con todos los medios, todos, a nuestro alcance. En memoria del proletariado, que es decir Salvador Seguí. ¡¡Viva la lucha de la clase obrera, Viva el 1 de Mayo!!
------------------------------------------------------------------------------------------
BIBLIOGRAFÍA:
Abel Paz “Durruti en la Revolución Española”-La esfera de los libros 2004
Eduardo Comín Colomer “Historia del Partido Comunista de España”
Eduardo de Guzmám “Los cinco congresos históricos de la CNT” Revista Tiempo de Historia -1-12-1979